El corporativismo de los medios ha sido explicado por Edward Herman y Noam Chomsky, quienes en su libro Manufacturing consent: The political Economy of the Mass Media[i] (1988) explican los cinco “filtros” que pasan las noticias en interés de los medios de ajustarse al consenso político
· Propiedad: los medios masivos de comunicación tienden a ser propiedad de grandes grupos corporativos con intereses creados en el status quo político y económico. Grupos enfocados a ganar dinero – ¡y quién lo duda!.
· Publicidad: la mayoría de los ingresos provienen de la publicidad, no de las ventas. Los publicistas son en sí mismos representantes de los intereses de grandes corporaciones que rechazan las voces disidentes.
· Fuentes: prevalecen fuentes oficiales o “establecidas” para las historias políticas y económicas.
· Crítica: La cobertura crítica se enfrenta con una respuesta sistemáticamente hostil por parte del gobierno y de los ejecutivos empresariales, entre los que se incluyen demandas, presiones informales, retiros de publicidad, o la publicación de historias perjudiciales.
· Ideología: Herman and Chomsky describen el anticomunismo como un ideología genuina y compartida en los medios de comunicación de la década de los 80s en los Estados Unidos. Actualmente prima una ideología anti-terrorista, anti-islámica o a favor de la globalización en las sociedades occidentales del año 2000. Por supuesto que hay otras sociedades que cuentan con sus propias ideologías oficiales.
En estos cinco filtros, como se ve, no aparecen las minorías. No tienen representatividad dentro de las clasificaciones citadas. Y ocurre aquí como en otros países. Un ejemplo muy a manos, cuantas personas murieron de manera violenta el 13 de marzo. Según un recuento en un diario local y de acuerdo a estadísticas policiales, fueron más de 10, pero solamente nos enteramos de una señora baleada en Evaristo Morales. Las minorías no tienen voceros, ni influencias políticas o económicas destacadas.
Vigencia de las
teorías del establecimiento de la agenda y la espiral del silencio
Si bien el contexto
histórico ha cambiado, no así el contexto económico, que a partir de la
globalización podría decirse que ha hecho a los países menos desarrollados
–como el nuestro- más dependientes del llamado “poder blando”.
Según MoisésNain [ii] (2014),
en su libro El fin del poder, “si hay un sector en el cual la transformación
del poder está ocurriendo a diario, en todas partes y frente a nuestros ojos,
es en los medios de comunicación social” (pag.317). Sin embargo, este
mismo autor, se cuestiona si esto supone menos poder para los medios
tradicionales y concluye afirmando que NO necesariamente.
Este autor destaca el surgimiento de nuevos medios en Finlandia y Suiza
que han dejado a un lado las noticias de las tendencias dominantes, como serían
las referentes a Merkel, Holland u otros líderes europeos y se han vuelto al
localismo, a lo que interesa a los residentes de un cantón, noticias sobre el
alcalde de la ciudad u otras, todas fuera de las líneas informativas de los
medios tradicionales.
Surgen cambios, como el periodismo ciudadano, el pequeño periodismo, de
los blogs, de los profesionales, las redes sociales, pero hasta ahora no hay
evidencias de que sustituyan a los medios tradicionales, más bien investigaciones
revelan que son adiciones que vienen a complementar a los actores tradicionales
en el sector. Se destacó en un análisis de Pew Research Centre, que el
día de las elecciones de Estados Unidos las estadísticas indicaron que un alto
porcentaje de personas prefirió seguir los resultados por la televisión, ¿y?
Agenda política y agenda mediática.
La agenda política tiene gran peso en la agenda mediática. Vimos
que Herman y Chomsky mencionan entre sus filtros a la publicidad y las fuentes
oficiales.
En nuestro país, según Media Express, el gobierno se
encuentra entre los principales 10 anunciantes, circunstancia que le concede
gran influencia en los contenidos de los medios, claro en unos más que en
otros, pero sin duda con gran impacto. Algunos periodistas independientes se
han referido al “control” que se ejerce a través de la asignación de
publicidad.
Lo mismo ocurre con las fuentes oficiales, cuáles son esas fuentes: en
un 90% son fuentes gubernamentales. Las organizaciones de la sociedad civil son
fuentes de información a partir de una conferencia de prensa, una declaración u
otra convocatoria, pero los medios no siempre les conceden una cobertura
permanente.
La agenda política
matiza todos los contenidos, y yo me atrevería a decir que en nuestro país
tiene mayor influencia que en otros. Aún cuando la
sociedad de la información está inmersa en un proceso de transformación, donde
el acceso a medios se ha abierto a millones de personas que hasta hace unas
décadas permanecían al margen del sistema de información, apenas se
perciben espacios en los grandes medios donde se de voz a las minorías.
Las redes sociales tienen sus públicos, pero los que deciden, los grupos de
poder, todavía “escuchan” a los grandes medios –claro con excepción del
presidente de Estados Unidos- de quien se dice quiere gobernar a través del
twitter. Millones de seguidores, decenas de mensajes diarios, pero con la
más baja aprobación en los primeros 100 días de gobierno.
El silencio de las minorías.
Las minorías no están completamente fuera de los circuitos informativos,
pero aún les falta mucho. La creciente popularidad de los dispositivos móviles
han provocado un aumento increíble del consumo de noticias, mejoras de la
calidad, pero los consumidores prefieren aplicaciones y páginas web de
empresas de información serias y con reputación de ser objetivas.
Quizás el cambio, la transformación que se espera, requiera de más
tiempo, del momento en el que las barreras en torno al poder, que menciona Nain
(pag.62) y que impiden que nuevos actores desplieguen suficiente fuerza con
posibilidad de competir, sean derribadas completamente, lo que permitirá la
irrupción de nuevos medios y nuevas voces.
[i]Herman,Edward y Chomsky, Noam, (1988)Manufacturing consent: The political
Economy of the Mass Media, Pantheon
Books, United States
¨*Notas para mi participación en el coloquio "De la agenda
Setting a la espiral del silencio, miradas desde el gobierno y los medios"
organizado por Artecom, Departamento de Comunicación Social, PUCMM