En los últimos días ha sido objeto de titulares el tema de la violencia de género en la Liga Dominicana de Beisbol, Lidom, a raíz de la contratación de un jugador venezolano que ha quedado fuera de la gran carpa, como le llaman a la Major League Baseball, MLB, de USA, por un caso de violencia doméstica en el 2016.
El tema es interesante desde varios puntos
de vista. Primero evidencia que para la
Lidom el asunto no tiene importancia ahora, ni lo ha tenido antes. Por 21 años
esta organización fue dirigida por L. Matos Berrido, acusado de asesinar a su
esposa en el parqueo de un importante hotel de esta ciudad y que gracias a su
posición en los círculos de poder del gobierno de ese año de 1982 fue absuelto
por “homicidio accidental”, luego de disparar un tiro en la nuca. Posteriormente, en 2018, la Lidom pretendía
dedicar un campeonato a esa persona.
También, este vacío en los reglamentos de
la organización deportiva evidencia la baja o ninguna percepción sistémica que
tiene la Lidom, en cuanto a su imagen y reputación, y la posición que ocupa en la
sociedad como institución que se convierte en centro de atención durante la
temporada, ya que el beisbol es el deporte de la familia dominicana.
Finalmente, el manejo de la información en
los medios muestra el poco uso del recurso de los antecedentes por algunos
reporteros. A excepción del amigo Bienvenido Rojas, quien cita en una columna
reciente el caso de Cesar Cedeño, el “super baby”, quien luego de asesinar a
una mujer, paga una multa de $100, pero jamás volvió a jugar en el país, no he
visto ninguna otra mención a casos como el de Yeiry Mejìa en 2014, o el más
reciente de Yasiel Puig y Marcell Ozuna,
Un jugador de béisbol es un ídolo para
miles de personas, en algunos momentos hasta puede llegar a considerarse como
héroe y modelo a seguir para muchos niños y jóvenes. La violencia contra las
mujeres es repudiada por toda la sociedad, sin importar quien la cause.
Quizás, y ojalá, esté llegando el momento
en que la Lidom se sintonice con la sociedad y el tema de la violencia de
género deje de ser “eso” sobre lo cual no tienen protocolo, como dijo
recientemente un ejecutivo de un equipo, y siguiendo a la MLB y a otras ligas
del Caribe, adopte un código de ética sobre un tema de tanta importancia en la
actualidad y que tanto impacto tiene en la imagen y reputación de una
institución-. Es tiempo de que frase que dice “si tienes buenos numeritos
puedes hacer lo que quieras” pase a la historia.