domingo, 20 de marzo de 2016

Falta de ortografía y diplomacia.


La semana pasada se celebró en la vecina isla de Puerto Rico el   VII Congreso Internacional de la Lengua, evento muy reseñado en la prensa española, pues fue inaugurado por Felipe VI, rey de España, ante la presencia del gobernador de Puerto Rico y los presidentes de Panamá y de la República Dominicana, así como académicos, autoridades y escritores.
Además de un breve reportaje en Televisión Española –TVE- que me llamó mucho la atención, he tenido oportunidad de leer otras informaciones en  periódicos nacionales y en la versión internacional de El País de España.
del fue enfocado a que la palabra majestad, para identificar durante su discurso a Felipe VI, fue escrita con g, magestad, error grave en una actividad justamente sobre la Lengua, sobre nuestro idioma español, en cuya organización se supone intervenían personas conocedoras de la correcta ortografía.
Sin embargo, en mi opinión, esa falta de ortografía y dada la importancia de la actividad, no era óbice para que fuera lo más destacado en un informativo internacional. En ese momento recordé la teoría de comunicación social denominada Imperialismo Cultural.
Bien, pero lo más llamativo de la inauguración, y que El país ha denominado “El lío de EE.UU. y Puerto Rico”, fue que el rey español inició su discurso diciendo: “La Reina y yo sentimos una gran alegría por viajar nuevamente a los EEUU de América y por hacerlo poco después de haber visitado La Florida”, dejando de lado que Puerto Rico no es precisamente territorio estadounidense.
 Y continuando con este enfoque, el Director del Instituto Cervantes destacó en su discurso que “era el primer congreso internacional de la lengua que no se celebraba en Hispanoamérica”.  Tremendo.  En ese momento se inició la polémica, que según las informaciones publicadas no terminaron ni con la clausura del congreso, pues si hay un país donde el español es una especie de reivindicación de los orígenes hispanos es Puerto Rico.
Pueden darse explicaciones a estos casos, tanto del rey español, como del director del Instituto Cervantes, especialmente relacionadas con el interés de destacar el crecimiento del español como segundo idioma más hablado en el mundo, y de los esfuerzos para aumentar el número de hablantes del español en Estados Unidos de América, pero ignorar el valor que en Puerto Rico se da al español, parecería motivado más que todo, por “una torpeza diplomática”, como ya dijo el escritor Eduardo Lalo.[i]  Si la falta de ortografía fue vergonzosa, estas “confusiones” lo son más.





[i] (El País, 19 de marzo, p.25)