jueves, 8 de marzo de 2018

Talese mantiene sus valores por encima de la fama


Hace un par de semanas terminé de leer “El motel del voyeur”, ese libro de Gay Talese que desde que se anunciara su publicación en 2016 ha causado tanto revuelo.  Y no es que otros libros del autor no hayan sido también motivo de escándalo, es que éste hasta fue criticado por el propio autor, no conforme o inseguro con la información facilitada por el “voyeur”, Gerald Foos.

Siguiendo el estilo del llamado nuevo periodismo, Talese, nos presenta un buen reportaje, basado en las notas del diario de Foos, quien desde los años 70s fue propietario de dos moteles, adquiridos más que todo con la determinación de observar a sus clientes.  A partir de las notas del voyeur, Talese construye una historia, que en ocasiones parecería una novela de ficción dada las anotaciones de Foos, quien se considera un investigador de la conducta humana y la sexualidad, comparándose con Master and Johnson.

El contenido del libro es provocador y nos permite identificar a Foos como a un personaje atrevido y libidinoso desde su adolescencia.  Bien dijo Elvira Lindo en El País, “Un magnifico reportaje de suspense donde ambos, el voyeur y el periodista parecen rondar el delito”.[1]

Sin embargo, lo que quiero destacar de este nuevo libro de Talese, a quien he seguido desde que fuera editor del New York Time, es su condición de periodista investigador, quien en sus reportajes no quiere hacer ficción.  De ahí que esperara a publicar las notas del voyeur solamente cuando tuvo su aprobación para hacerlo con el nombre real de Gerald Foos.

Igualmente, es destacable el interés en comprobar los datos, tanto de Talese, como de la revista The New Yorker, donde se publicó un primer reportaje sobre el libro y luego el periódico Washington Post.  Cuando surgieron dudas, Talese rechazó en un primer momento promocionar el libro, decisión que cambiaría luego cuando pudo revisar datos dudosos.

Finalmente, lo más sobresaliente de todo el proceso seguido por Talese, fueron sus dudas sobre escribir un texto partiendo de una sola fuente, un solo interlocutor, un solo informante, careciendo de opciones para comprobar o contrarrestar lo registrado por Foos en sus diarios.

Partiendo de estos dos aspectos: comprobación de datos y búsqueda o dudas de escribir careciendo de una segunda fuente, considero que es un texto que pone sobre el tapete que cuando eres periodista, no importa la fama y el reconocimiento que tengas, no pierdes los valores primigenios del ejercicio de la profesión, algo tan en boga hoy en día.

Talese, Gay (2016) El motel del voyeur.  Penguin Random House Grupo Editorial, México




[1] El País, 16 de abril de 2016