Hace un par de semanas terminé de leer “El motel del voyeur”,
ese libro de Gay Talese que desde que se anunciara su publicación en 2016 ha
causado tanto revuelo. Y no es que otros
libros del autor no hayan sido también motivo de escándalo, es que éste hasta
fue criticado por el propio autor, no conforme o inseguro con la información
facilitada por el “voyeur”, Gerald Foos.
Siguiendo el estilo del llamado nuevo periodismo, Talese, nos presenta un buen reportaje, basado en
las notas del diario de Foos, quien desde los años 70s fue propietario de dos
moteles, adquiridos más que todo con la determinación de observar a sus
clientes. A partir de las notas del voyeur, Talese construye una historia,
que en ocasiones parecería una novela de ficción dada las anotaciones de Foos,
quien se considera un investigador de la conducta humana y la sexualidad,
comparándose con Master and Johnson.

Sin embargo, lo que quiero destacar de este nuevo libro de
Talese, a quien he seguido desde que fuera editor del New York Time, es su
condición de periodista investigador, quien en sus reportajes no quiere hacer
ficción. De ahí que esperara a publicar
las notas del voyeur solamente cuando
tuvo su aprobación para hacerlo con el nombre real de Gerald Foos.
Igualmente, es destacable el interés en comprobar los
datos, tanto de Talese, como de la revista The New Yorker, donde se publicó un
primer reportaje sobre el libro y luego el periódico Washington Post. Cuando surgieron dudas, Talese rechazó en un
primer momento promocionar el libro, decisión que cambiaría luego cuando pudo
revisar datos dudosos.
Finalmente, lo más sobresaliente de todo el proceso seguido
por Talese, fueron sus dudas sobre escribir un texto partiendo de una sola
fuente, un solo interlocutor, un solo informante, careciendo de opciones para
comprobar o contrarrestar lo registrado por Foos en sus diarios.
Partiendo de estos dos aspectos: comprobación de datos y
búsqueda o dudas de escribir careciendo de una segunda fuente, considero que es
un texto que pone sobre el tapete que cuando eres periodista, no importa la
fama y el reconocimiento que tengas, no pierdes los valores primigenios del
ejercicio de la profesión, algo tan en boga hoy en día.
Talese, Gay (2016) El motel del voyeur. Penguin Random House Grupo Editorial, México
No hay comentarios.:
Publicar un comentario