Ajena
al dolo y al sentir artero
llena de la ilusión que da la fe,
lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompañamé…
llena de la ilusión que da la fe,
lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompañamé…
Rubén Darío, 21 febrero, 1914
¿Quién es Francisca
Sánchez, dama a la que el insigne poeta dedicara un largo poema? ¿En cuál
biografía del poeta nicaragüense es mencionada?
Confieso que
hasta hace unas semanas ignoraba su existencia. Gracias al libro que me enviara
Doña Alicia, una amiga nicaragüense, conozco la vida de esta mujer tan
importante en la vida de Darío. “La
princesa Paca” la gran pasión de Rubén Darío,(1) es una novela escrita hace unos años por una nieta de Francisca Sánchez, Rosa Villacastín y Manuel Francisco
Reina, a partir de cartas y documentos conservados por la abuela.
Así como dice
el primer verso “ajena al dolo y al sentir artero” fue la vida de la princesa
Paca y del mismo modo permanece su historia: ignorada, ajena al público.
Mujer valiente
para su época, llevaba por el amor y contra todo prejuicio se une a Rubén Darío
y por 17 años será su compañera fiel, ya sea en Madrid o París. Junto a él atravesará momentos de alegría y
de tristeza, penurias y vicisitudes, pero nunca lo abandonaría.
Humilde, analfabeta e hija de un jardinero, sería la madre de los cuatro hijos del poeta,
aunque solo uno sobrevivió y llegó a formar familia. Fue la compañera dedicada
que cuidaba del poeta, organizaba sus papeles, le cuidaba en la enfermedad y manejaba
sus recursos, ya fueran escasos o abundantes.
Las normas sociales
de la época no la acompañarían, pero eso no quita ser reconocida en su momento
por los amigos de Darío como una gran dama, pues además de su belleza, fue una
mujer fuerte, adelantada a su tiempo, que no solo conquista a “un príncipe de
la palabra”, sino también a una generación de grandes poetas, tal como dicen los autores de la novela. Amado Nervo, es quien le comienza a llamar
“Princesa Paca” y Antonio Machado, impresionado ante el amor de Rubén Darío y
Francisca, le dedica unos versos:
Dicen que el hombre no es hombre,
Mientras no oye su nombre
De labios de una mujer. (2)
Para mí, es una
guerrera, una más de las tantas que a lo largo de la historia son ignoradas,
dejadas fuera de la biografía de sus compañeros. No consideradas dignas por no estar ligadas
por el vínculo del matrimonio, por romper normas, por llevarse de un amor
desinteresado y una gran pasión. Parecería que los prejuicios aún permanecen.
(1)Villacastín, R., Reina, Ml. F. (2014) La princesa Paca. La gran pasión de Rubén Dario, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A. de C.V. México, D.F.
(2) p.234
Interesante. Tengo en mis manos un libro de Paulo Coelho. Lo encontré por accidente en una caja. El título me llamó la atención porque acá en Panamá hay río llamado Río Piedra. Lo extraño es que durante todo el tiempo que me tomó leerlo, por alguna razón que honestamente no se, te estuve recordando. Saludos
ResponderBorrarCARLOS RUIZ VALDEZ