Un poco atrasada en mis lecturas, ahora es cuando termino esta novela de Leonardo Padura, publicada en 2009 y que compré hace varios años. No importa, no es necesariamente malo no seguir las tendencias del mercado de la literatura.
Leer El hombre
que amaba los perros es conocer a un novelista que se toma su tiempo en hacer
profundas investigaciones. En algunas
páginas me parecía que leía un libro de historia. Hasta pregunté a un amigo sobre algunas
acciones de Stalin para asegurarme que todo no era novela. Es un libro que
captura, no solo por el tema que trata, sino también por lo bien escrito que
está.
Un tema
histórico convertido en un filón muy bien explotado.
El asesinato de Trosky y la vida de Ramón Mercader han sido objeto de
novelas y películas. Hace ya muchos años había leído de Jorge Semprum La
segunda muerte de Ramón Mercader, (1968) donde Mercader moría como un traidor
en Ámsterdam, o sea, escrito antes de su muerte en La Habana en l978.
En l972 se presentó la película El asesinato de Trotsky, en la que aparecían Richard Burton, Alain Delon y Romy Schneider. Luego en 1996 Asaltar los cielos, una producción española, en la que según leo se dio más atención a Caridad, la madre de Mercader. En 2016 en el filme El elegido se cuenta nuevamente la historia de Mercader y ese mismo año fue publicada otra novela, El Asesino Obediente, de John P. Davison. En 2017 en un canal de Rusia sacan la serie Trostky, repasando la biografía del político, en la que vuelve a aparecer Mercader. De pronto el asesino de Trosky se convierte como una especie de protagonista de las películas de James Bond, Mercader, de espía soviético se torna en un personaje que parecería se mueve entre la ficción y la realidad. Volviendo al libro de Padura, si bien es una novela con una base histórica muy rigurosa y cuidada sobre un hecho muy discutido, su autor introduce en la misma profundas reflexiones y críticas al sistema en que vive el personaje cubano, Iván, confidente -si así se puede denominar- de López -el hombre que amaba los perros- con quien se veía en una playa, y quien luego le heredó manuscritos sobre la historia contada en sus encuentros y un encendedor.
La lectura de El hombre que amaba los perros pone a pensar sobre la entrega de una persona a una causa, hasta llegar a un desprendimiento de todo en su vida, puesto que Mercader hasta su nombre perdió definitivamente. Su tumba en Moscú aparece identificada con un nombre falso: Ramón Ivánovich López.
No es una novela como un “happy end”. Al final el autor nos presenta la vida en Moscú de Mercader, sus amistades y reflexiones. Estas no llevan a tener una gran duda ¿es que al término de su vida Ramón Mercader se sintió traicionado y manipulado por su madre, o quizás por el sistema?