miércoles, 15 de noviembre de 2023

Cristo Park. Derecho a la participación ciudadana

 Con gran despliegue en los medios acaban de inaugurar el Cristo Park, “un nuevo espacio ambiental y de esparcimiento en Cristo Rey”, así dicen los titulares de informaciones que dan cuenta de que es el resultado de una iniciativa y compromiso de la CAASD para “mejorar la calidad de vida de más de 350 mil habitantes de esta zona”

Dicen que la inversión en este espacio público fue de 560 millones de pesos y que promueve el esparcimiento y el bienestar de la comunidad.  Posee áreas de juegos infantiles, pabellones para actividades, anfiteatro, vivero, ciclovía, canchas de baloncesto, vóleibol y futbol, gimnasio, glorita, skate park, estación de policías, baños, cámaras de seguridad y más de 250 parqueos.

“Queda demostrado que este es un gobierno que planifica, trabaja y ejecuta de manera transparente, haciendo muchísimo con poco”.  Hasta ahí todo muy bonito. 

Ahora bien, me pregunto ¿y la comunidad donde quedó?, no sale ni en las fotos. ¿Cuál ha sido su participación en tan magnifico proyecto y cual será en el futuro?  Carolina Mejía hablaba en 2022 de cuidado comunitario, integración, compromiso y protección en este tipo de obras, pero me surge la pregunta, y ¿a partir de cual participación?  Recordé la escala de participación de Arnstein (1969) ya que los gobiernos locales son muy dados a diseñar y construir obras comunitarias y una vez inauguradas, esperan o a veces promueven el compromiso de la comunidad, así, sin más.  Arnstein da pautas que pueden ayudar a determinar las características de los diferentes niveles de la participación y determinar si realmente se están promoviendo verdaderos procesos de participación que logren el involucramiento y compromiso de la población.  


Es interesante considerar el caso de la cañada de Guajimía que desde las gestiones de los expresidentes Leonel Fernández, 1996-2000; Hipólito Mejía 2000-2004; Fernández, 2004-20012; Danilo Medina 2012-2020 y ahora Luis Abinader, se han ejecutado y anunciado proyectos de intervención que no han sido concluidos, mientras el problema del saneamiento permanece. La cañada sigue siendo un vertedero, cuya situación se agrava y gana titulares periódicamente.  ¿Se habrán preguntado los planificadores del gobierno las razones por las cuales los vecinos no mantienen limpia la zona y continua como vertedero?

Aparentemente no hubo proceso de verdadera participación desde el inicio de los proyectos, no se ha creado un real compromiso, “eso lo hizo el gobierno, el ayuntamiento es quien tiene que limpiarlo” son expresiones propias de los ciudadanos.

En los últimos años se ha venido promoviendo el derecho a la participación ciudadana ambiental, que otorga a toda persona el derecho a participar de manera responsable en los procesos de toma de decisiones sobre asuntos referidos a la gestión ambiental que pudieran tener alguna incidencia sobre sus intereses (Contreras, 2015).  Cualquier parque, zona arbolada o con espacios para practicar deportes o juegos infantiles es parte del ambiente comunitario, espacio donde la comunidad tiene derecho a decidir.

Ruiz Paredes (2019) destaca como Poder ciudadano los últimos tres niveles de la escala (6; 7 y 8), en los que se definen la co-participación o colaboración, proceso en el que se negocian las demandas ciudadanas bajo la conducción de la Administración, que en el caso de los parques sería el Ayuntamiento.

Viendo las fotos del Cristo Park publicadas esta semana veo a grupos de niños y jóvenes disfrutando los espacios, pero no dejo de preguntarme, quienes son los compromisarios del Ayuntamiento, que voces fueron escuchadas o participaron en las decisiones sobre  diseño y construcción, quienes cuidaran de este parque y muchas más interrogantes quedan abiertas, y no conozco respuesta alguna sobre estas acciones y mucho menos sobre el nivel de participación dado. Mientras tanto, la comunidad no sale ni en las fotos.

 

 1 La escalera de la participación https://www.upla.cl/noticias/wp-content/uploads/2014/08/2014_0805_faceduc_orientacion_escalera_participacion.pdf

 II. Ruiz Paredes, K.E. (2019) El ejercicio del derecho a la participación ciudadana como impulsor del desarrollo sostenible, en el marco de los estudios ambientales en el Perú. Revista Ciencia y tecnología (Vol. 15, Issue 3) Universidad Nacional de Trujillo. https://go.gale.com/ps/i.do?p=IFME&u=googlescholar&id=GALE|A603632471&v=2.1&it=r&sid=googleScholar&asid=fcca12fb

 

 

 

viernes, 10 de noviembre de 2023

En la boca del lobo.


En un par de días leí esta novela de Elvira Lindo, que tantos comentarios ha merecido desde su puesta en circulación, ya que da una nueva mirada a la niñez, alejada de su celebrado personaje Manolito Gafotas y la no tan famosa Olivia, que por años fueron protagonistas de múltiples historias infantiles y juveniles creadas por esta autora.

Antes de leer En la boca del lobo (2023) conocía a Elvira Lindo como periodista, por sus textos en el periódico El País, donde destacaban sus habilidades como redactora, que con grácil vocabulario describía situaciones muy disímiles.  Ha sido merecedoras de premios como escritora de literatura infantil y juvenil (1988), premios como novelista (2005) y como periodista (2015). También ha trabajo en el cine, como guionista y actriz.

Cuando leía las páginas de En la boca del lobo, en la que se narra la maternidad no deseada de Guillermina y la incomprensión de Julieta, y su viaje a La Sabina, el pueblo natal de Guillermina, venían a mi mente los tantos casos de niñas abusadas en nuestro país, sin la debida protección y en la total ignorancia de sus casos.

En esta novela Lindo nos lleva a La Sabina, ese poblado de la llamada España vaciada, donde permanece un puñado de vecinos y sus vidas transcurren lentamente, rodeados de una rica naturaleza.  De La Sabina salió Guillermina embarazada de Julieta, fue como una huida, acompañada de su madre, la abuela que tanto protegió a Julieta.  Ahora vuelve a recuperar la casa familiar.

El pueblo es un nuevo mundo para Julieta, allí establecerá relaciones con las vecinas y con Emma, la maestra que vive en las afueras del pueblo, ignorada por los vecinos y presentada como un monstruo. Allí la niña conocerá por los vecinas  de cuentos y leyendas , así como del miedo, odio, amor y esperanzas, que también están presentes en sus sueños y pesadillas.

Desde las primeras páginas se describe esa relación atípica entre Julieta y su madre.  La hija protege a la madre y la madre vive su vida sin detenerse en la hija.  Solo el llamado de la tutora hace que la madre se entere de la situación escolar de la joven.  Es una desprotección afectiva total, es un no interesarse en nada de la hija, ni siquiera del abuso que sufría por las parejas que tenía y que llevan a Julieta a una negación total, su vulnerabilidad e indefensión han llegado a un extremo tal que expresa “de haber sabido verbalizar mi rabia la hubiera gritado, mírame a mí de una puta vez, sálvame tu ahora” (p.19)[1]

Es un libro que en algunos momentos se desarrolla con cierto suspense, sabemos que algo ocurre, pero no se describe. No hay descripciones del abuso, es algo que se va intuyendo a medida que se leen las páginas.  Es la explicación no verbalizada de la negativa de Julieta a regresar con su madre.  Es una mirada diferente de Elvira Lindo hacia la infancia.

 

 

 



[1] Lindo, Elvira (2023) En la boca del lobo. Seix Barral. Biblioteca Breve. España