Conocer sus instrumentos de trabajo es una condición
sine qua non para toda persona que se considere profesional en determinada
área, ya sea el carpintero que manejará muy bien su martillo y serrucho, el
cirujano que sabrá cual bisturí es apropiado para cada incisión o el abogado,
que conocerá los códigos y las leyes a
cabalidad para desempeñarse apropiadamente en su área.
Ese manejo de los instrumentos de trabajo parece que
se está pasando por alto cuando nos referimos a los periodistas, cuyos
instrumentos son las palabras, el idioma español. Día a día en los medios vemos
el uso inapropiado de palabras, de vocablos cuyo significado no van acorde con
la idea a expresar o de adjetivos que no aportan nada a la idea a expresar.
Recuerdo al profesor Rafael González Tirado, en cuyas
clases de Castellano I y II en la UASD, nos repetía la importancia de ampliar nuestro vocabulario,
de pasar de esas 200 palabras que todos repetimos, de asegurarnos del uso
correcto.de cada vocablo, de conocer el origen de muchas palabras que usamos
los dominicanos, especialmente algunos anglicismos… en fin, insistía en el buen
manejo de nuestro principal instrumento de trabajo: nuestra lengua.
Los fines de
semanas normalmente invierto más tiempo en leer periódicos y revistas, ya sea
impresos o en forma digital, la lectura es más calmada y noto más “rarezas”. Y en este, especialmente, han sido notorios
casos como “la inducción de Pedro
Martínez en el Salón de la Fama”, clara traducción del verbo en inglés, cuando
en español se dispone de ingresar. Otro
titular dice “Harán cremación hoy a
los restos de Héctor Aristy”, y me
pregunto, ¿no era suficiente el verbo cremar, que ya supone una acción en sí
mismo?
Otros casos que se han hecho frecuentes son lanzar y
aperturar: lanzar un proyecto,
anglicismo que quiere sustituir a los verbos presentar o iniciar, pero que al
parecer pasaron de moda. Y aperturar,
verbo que no existe en español, según el diccionario de la Real Academia de la
Lengua, pero que en nuestros medios ha sustituido al verbo inaugurar.
En las páginas de deportes se lee que un equipo ganó
por goleada, pero cuando se ven los detalles de la información la victoria fue
1-0, ¿cuál fue la goleada?. En la
publicidad se he hecho común el verbo lacear para describir la capacidad de
algunos productos de poner lacio el pelo, pero lacear según el diccionario de
la RAE significa adornar con lazos/atar
con lazos, disponer la caza para que venga al tiro, tomándole el aire; ¡nada
que ver con el pelo lacio!
¿Nos faltan lecturas o vivencias profesionales? Miguel
A. Bastenier, decía, en uno de sus didácticos artículos en el diario español El
País, “El
corolario de todo ello es que los periodistas para ejercer su profesión en
plenitud han de vivir en el interior de la lengua, sentirse rodeados por lo que
llamo "el líquido amniótico" del castellano…”[i]
[i] http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/05/actualidad/1417815598_123006.html copiado el 27 de julio de 2015
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