
Este año, cuando se conmemora el
70 aniversario de la fundación del organismo y en momentos en que a iniciativa
de Colombia, apoyada por medio centenar de países, se propone la elección de
una mujer como Secretaria General, los datos que se tienen sobre la
participación de las mujeres no son muy alentadores. Sólo el 24.6% de los puestos más altos de Naciones
Unidas están ocupados por mujeres.
En las últimas
elecciones del Secretario General se ha considerado una relativa
representación regional, aunque tres
secretarios han sido europeos, dos han sido africanos, uno latinoamericano y
dos asiáticos, incluyendo al actual Ban Ki-moon, que termina su mandato en
diciembre de 2016. Siguiendo esta “representatividad regional”, en esta
oportunidad le tocaría a una persona de Europa del Este.
Solo dos mujeres han sido presentadas como candidatas,
una en 1953 y otra en 1991. En el 2006
también se intentó incluir a una mujer en el proceso, pero no se logró.
De todos modos, en algo ha cambiado este club de
hombres: más de una cuarta parte de los embajadores ante las Naciones Unidas
son mujeres y varias mujeres encabezan agencias y programas del sistema. Sin embargo, no podemos olvidar que los
miembros del Consejo de Seguridad –China, Estados Unidos de América, Francia,
Gran Bretaña y Rusia- “negocian” entre ellos dicha elección, sin que se
conozcan cuales son las bases en las que se sustentan.
Justamente, hacer más transparente el proceso es parte
de lo que trata de lograr la iniciativa encabezada por Colombia, que se invite a los países a presentar sus
propuestas. Otro aspecto que se
propone es la celebración de audiencias
con las personas aspirantes.
A la fecha se mencionan nombres de mujeres destacadas,
la directora general de la Unesco, Irina Bokova, búlgara; Michelle Bachelet,
presidenta de Chile; Kristalina Georgieva, vicepresidenta de la Unión Europea,
búlgara; y Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda y actual directora
del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas.
También se ha mencionada con posibilidades de ser considerada a la ex
Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton. Corrientes de opinión
consideran que, de no cambiar el proceso, la organización podría perder
relevancia.
Desde el movimiento Equality Now se considera que una
mujer como Secretaria General podría dar un gran impulso mundial a la igualdad
de género y a la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer.
De aquí a diciembre 2016 es un camino de más de 14
meses por recorrer, ¿será suficiente para terminar la situación que motivó hace
una década que una embajadora preguntara al ver el desfile de diplomáticos
entrando a la sala “¿Hay una entrada separada para las mujeres”?, o ¿terminará
el club para hombres al que se refería el artículo de 1993?
9 de septiembre de 2015
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