En una de esas
visitas entretenidas a la librería me compre hace unos meses el libro Por qué
no soy feminista. Un manifiesto feminista” de Jessa Crispin, guiada más que
todo por el provocativo título de este.
Finalmente, hace unas semanas lo leí, me produjo dudas -que
aún están sin contestar-, pero hoy me atrevo a escribir este comentario.
A Jessa Crispín
no la había leído antes, a pesar de buscando en las redes encontré que editó por
varios años del blog Bookslut -considerado
uno de los primeros blogs de Estados Unidos de América, cuyos ingresos le
permitieron dedicarse solamente a su edición.
En una
entrevista en The Guardian, Crispin explica que la comunidad de lectores que se
unió a su blog -creado en el 2000- estaba animada por el entusiasmo y no por
los “me gusta”, buena voluntad y no dinero, y que esa cultura terminó. Cerró su
blog en el 2016.
En su libro,
motivo de este comentario, Crispin expresa su insatisfacción con el feminismo
actual. Sus miradas sobre diversos temas
y problemas de interés para el movimiento feminista visto desde Estados Unidos
de América son un tanto cáusticas.

“La seguridad
para las mujeres se traduce en dictaminar que un lenguaje es un discurso de
ocio y proceder a silenciarlo con peticiones de protestas, en lugar de
contestar a un discurso incívico con un discurso cívico y considerado”[2], dice la autora.
A lo largo del
texto se cuestionan diversas estrategias asumidas por los movimientos feministas
actuales en su país. Sin embargo, deja
claramente establecida la defensa o la aceptación de que “los hombres no son
nuestro puto problema”. [3]
Es interesante
la propuesta final. El título de ese
capítulo ya la insinúa: “La seguridad es una meta corrupta”. Crispin reitera que la labor de las mujeres
no consiste en convencer a nadie de nada. “nuestra labor consiste en
comportarnos como auténticos seres humanos”[4], sin pretender que las
mujeres somos una versión mejorada y más honesta de ser humano.
Como era de
esperarse, la provocación de Jessa Crispín, con una visión del feminismo desde
“el norte”, recibió respuesta. Andrea
Alvarado Vives, en el blog La Tribu, una habitación propia compartida, escribió
una interesante crítica, que desde su título “No hacía falta escribir un
libro”, desmonta los postulados de Crispin.
Si bien
reconoce que algunas de sus reflexiones son acertadas, hace aclaraciones o
responde a muchos de ellas, comenzando por el uso de la palabra manifiesto, estableciendo
que el contenido del libro no constituye un manifiesto. Para Alvarado Vives, el
libro de Jessa Crispín, si algún valor puede tener es para explicar el estado
del feminismo en Estados Unidos de América, no así en el resto del mundo.
[1]
P. Crispín, Jessa (2016) Por qué no
soy feminista. Un manifiesto feminista. Sin Fronteras, Barcelona, España.
[2]
P.111 ibidem
[3]
P.115 ibidem
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