sábado, 8 de junio de 2019

Una provocación feminista.


En una de esas visitas entretenidas a la librería me compre hace unos meses el libro Por qué no soy feminista. Un manifiesto feminista” de Jessa Crispin, guiada más que todo por el provocativo título de este.  Finalmente, hace unas semanas lo leí, me produjo dudas -que aún están sin contestar-, pero hoy me atrevo a escribir este comentario.
A Jessa Crispín no la había leído antes, a pesar de buscando en las redes encontré que editó por varios años del blog Bookslut -considerado uno de los primeros blogs de Estados Unidos de América, cuyos ingresos le permitieron dedicarse solamente a su edición.
En una entrevista en The Guardian, Crispin explica que la comunidad de lectores que se unió a su blog -creado en el 2000- estaba animada por el entusiasmo y no por los “me gusta”, buena voluntad y no dinero, y que esa cultura terminó. Cerró su blog en el 2016.
En su libro, motivo de este comentario, Crispin expresa su insatisfacción con el feminismo actual.  Sus miradas sobre diversos temas y problemas de interés para el movimiento feminista visto desde Estados Unidos de América son un tanto cáusticas.
En estos días, en que el tema de violencia contra la mujer, los feminicidios, ocupan los titulares de los medios aquí y en varios países, Crispin destaca que la seguridad se ha convertido para las mujeres en demandas de condenas de cárcel más estrictas para los hombres, “lo que prioriza la venganza frente a la rehabilitación”. [1]
“La seguridad para las mujeres se traduce en dictaminar que un lenguaje es un discurso de ocio y proceder a silenciarlo con peticiones de protestas, en lugar de contestar a un discurso incívico con un discurso cívico y considerado”[2], dice la autora.
A lo largo del texto se cuestionan diversas estrategias asumidas por los movimientos feministas actuales en su país.  Sin embargo, deja claramente establecida la defensa o la aceptación de que “los hombres no son nuestro puto problema”. [3]
Es interesante la propuesta final.  El título de ese capítulo ya la insinúa: “La seguridad es una meta corrupta”.  Crispin reitera que la labor de las mujeres no consiste en convencer a nadie de nada. “nuestra labor consiste en comportarnos como auténticos seres humanos”[4], sin pretender que las mujeres somos una versión mejorada y más honesta de ser humano.
Como era de esperarse, la provocación de Jessa Crispín, con una visión del feminismo desde “el norte”, recibió respuesta.  Andrea Alvarado Vives, en el blog La Tribu, una habitación propia compartida, escribió una interesante crítica, que desde su título “No hacía falta escribir un libro”, desmonta los postulados de Crispin.
Si bien reconoce que algunas de sus reflexiones son acertadas, hace aclaraciones o responde a muchos de ellas, comenzando por el uso de la palabra manifiesto, estableciendo que el contenido del libro no constituye un manifiesto. Para Alvarado Vives, el libro de Jessa Crispín, si algún valor puede tener es para explicar el estado del feminismo en Estados Unidos de América, no así en el resto del mundo.




                                                  



[1] P.    Crispín, Jessa (2016) Por qué no soy feminista. Un manifiesto feminista. Sin Fronteras, Barcelona, España.
[2] P.111 ibidem
[3] P.115 ibidem




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