En una reciente actividad
sobre Alfabetización Mediática organizada en la PUCMM le preguntaba a un grupo
de docentes y técnicos del sistema educativo si podríamos iniciar una clase
hablando sobre Los Simpsons, (20 años en la TV nacional) muchos me miraron sorprendidos
y otros preguntaron que era eso, pues nunca habían visto ese programa de
televisión. ¡Que pena!
Más adelante, en el 2º.
Seminario Internacional de Alfabetización Mediática, conversaba con otro grupo
de docentes sobre los contenidos de la televisión y en las redes sociales que
consumen nuestros estudiantes. Pocos estaban enterados o interesados en conocer
sobre este aspecto de la vida de sus alumnos.
Según la UNESCO, “la
alfabetización mediática e informacional reconoce el papel fundamental de la
información y los medios de comunicación en nuestra vida diaria, son parte
central de la libertad de expresión y de información; facultan a los ciudadanos
a comprender las funciones de los medios de comunicación y de información, a
evaluar críticamente los contenidos y a tomar decisiones fundadas como usuarios
y productores de información y contenido mediático.”[i]
Por lo anterior, parecería
pertinente que el proceso de alfabetización mediática que se está iniciando en
el país, valore que más que capacitar al personal docente a hacer videos u
otros productos comunicacionales, se enfoque también en promover competencias
que le permitan hacer una evaluación y consumo crítico de todos los medios de
comunicación.
Asimismo, herramientas para que el personal docente
logre establecer empatía con su alumnado, lo que supone estar al día con lo que
pasa en el mundo y que los medios relatan.
Si seguimos únicamente “metidos” en los textos, las clases seguirán
siendo “aburridas” y poco atractivas para los alumnos. La realidad es una
fuente de elementos para llevar las teorías a la vida diaria y crear algún
nivel de conocimiento genuino.
Los adolescentes de hoy día
viven muy enterados de lo que pasa en el mundo, las redes sociales los
mantienen actualizados al minuto, eso sí, sobre los temas que les
interesan. Consumen mucha información
sobre los famosos exponentes de los ritmos de modas, sobre algunos políticos y
políticas (más que todos ven “memes”) y sobre los “influencers”.
Un caso reciente de un famoso
exponente del dembow y de trap fue muy útil para convocar la
atención y participación de un grupo de mis estudiantes en una asignatura donde
se trataba sobre la reputación y la imagen.
Todos tenían claro el valor de la marca personal para ese artista y les
resultó interesante analizar el impacto de unas declaraciones públicas en
dichos intangibles.
Ya se conocen investigaciones[ii]
realizadas en México sobre el uso de los memes
como experiencias didácticas, en las que se promueven habilidades,
conocimientos y actitudes.
Arango (2014)[iii] ,
en las conclusiones de una investigación, destaca que “el escenario de un
desarrollo tecnológico, con sus innovaciones e interactividad, constituye para
los estudiantes un mundo de experiencias fuera y dentro de las aulas” (p.20). Destacando la importancia de “una integración
pedagógica de las TIC, entre la convergencia de lo impreso y lo digital, lo
conceptual y lo vivencial.” (p.20)
Y finaliza con esta cita: “Es
probable que, desde el punto de vista educativo, mediar en la era de las
tecnologías implique enfrentar el desafío de moverse con ingenio entre la
palabra y la imagen, el libro y los dispositivos digitales, la emoción y la
reflexión, lo racional y lo intuitivo” (Balestrini, en Piscitelli, et. al.,
2010, p. 35 citado por Arango, p.20).
¡Tenemos mucho que hacer!
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