viernes, 26 de febrero de 2021

En la Ruta de la Seda de la Salud

 Cuando leí recientemente que en una entrevista al ministro de la Presidencia  puntualizo que “El presidente Luis Abinader ha cambiado la forma de hacer diplomacia en la República Dominicana”[1], no me sorprendió, ya que durante los pocos meses de este gobierno la Cancillería ha dado muestras de nuevos derroteros en la diplomacia del país.

Sin embargo, cuando en la misma entrevista, según el diario, dicho ministro afirmaba que “El Gobierno Dominicano no quiere verse involucrado en partes de las grandes decisiones comerciales que vienen a darse en el mundo”[2], sí que me produjo sorpresa.  Y pensé, vivimos en un mundo globalizado, donde de una manera u otra todos los países están interrelacionados, no solo por decisiones comerciales, sino de toda índole.  Veamos el caso de la pandemia actual, ¿Qué país no ha tomado acciones partiendo de lo que hicieron otros, por ejemplo, en los viajes internacionales? Se quiera o no, la globalización nos atrapa.

Luego, cuando veo en “El Día” el titular “País ha sido el beneficiado con la “diplomacia de las vacunas””, que encabeza una información sobre las 768 mil dosis de vacuna Sinovac que llegarían al país procedentes de China, me sonreí.  ¿Qué mejor ejemplo que este de una decisión que cae dentro de esa lucha soterrada, a veces, de ese gran país oriental por ganar influencia política y comercial en esta parte del mundo?  Aparentemente, el gobierno de Abinader ha preferido adquirir vacunas en China que esperar por las que podrían venir de Estados Unidos de América, fabricadas por empresas farmacéuticas que en sus investigaciones recibieron gran colaboración gubernamental.

En su reciente libro “Estrategias de Poder”, F. Sendagorta (2020) describe, con mucho detalle y un derroche de información, cómo China, Estados Unidos y Europa ejecutan dentro de lo que el denomina “era de la gran rivalidad” amplias estrategias en busca de lograr mayor control. China quiere ser líder global y Estados Unidos de América trata de evitarlo, mientras Europa queda atrapada en el medio, según dicho autor.

Desde 2013 China ha venido desarrollando la iniciativa denominada La Franja y la Ruta de la Seda, con el objetivo inicial de “integración de Eurasia por medio de conexiones terrestre y marítimos”[3]. Al 2020 se habían unido más de setenta y cinco países, tanto de la Unión Europea como de América Latina.  Esta iniciativa sustenta las inversiones chinas en transporte e infraestructura en diferentes países.

Con la pandemia del Covid-19, expertos han destacado las nuevas oportunidades para China y sus iniciativas en la región, especialmente con la llamada Ruta de la Seda de la Salud (HSR, por sus siglas en inglés) y la Ruta de la Seda Digital, coincidiendo en que “ambas áreas tienen un gran potencial a futuro”[4]. Se destaca que HSR ha ganado impulso con muchos países de América Latina recibiendo donaciones o comprando suministros médicos de China.  Asimismo, destacan como área de interés específico a futuro el despliegue de la tecnología 5G.

Con la presencia del Canciller Dominicano y el embajador de la República de China en el país junto a la vicepresidenta de la República en el recibimiento de 768 mil unidades de vacuna Sinovac, se percibe que el gobierno de Abinader estaría tomando decisiones dentro de las grandes corrientes comerciales y diplomáticas que se dan en la actualidad en el mundo; y parecería que ¿caímos o entramos en la Ruta de la Seda de la Salud? a contrapelo de las recientes declaraciones del ministro de la Presidencia.

 

 

 

 



[1] Diario Libre, 22 de febrero 2021, p.14

[2] Diario Libre, 22 de febrero 2021, p.14

[3] Sendagorta (2020) Estrategias de Poder. Ediciones Deusto, Barcelona

[4] Koop, Fermín , julio 30, 2020   Dialogo Chino

 

sábado, 13 de febrero de 2021

Cuando los “numeritos” no son suficientes para entrar a Cooperstown

 
Hace días que estaba por escribir sobre la frustrada entrada de nuevos jugadores al Salón de la Fama del Beisbol, en Cooperstown.  Y, mi interés no es tanto por el beisbol, sino para mis estudiantes de Comunicación Estratégica y esos casos de discusión sobre imagen y reputación, intangibles tan valiosos para cualquier empresa.

Ya en el 2000, cuando John Rocker, pitcher del equipo de Minnesota, habló mal de los neoyorkinos, de las personas enfermas de SIDA, de las madres solteras e insultó a un compañero, diciéndole “mono”, su equipo no hizo nada, pero las Grandes Ligas de Beisbol (MLB, por su siglas en inglés) pidieron que se sometiera a pruebas psicológicas y a partir de esos años con el tema de los esteroides, de la violencia doméstica y otras conductas inapropiadas se han impuesto multas y acciones disciplinarias a jugadores, unos muy famosos y otros no tanto.

Entonces, podríamos preguntarnos, ¿Por qué la liga asume ese rol?  El negocio o la industria del beisbol es multimillonaria, miles trabajan para ellas, sus públicos son millones y justamente su imagen y reputación son intangibles muy valiosos, que cualquier empresa en el mundo transparente de hoy tiene que protegerlos.

Para los autores Tironi y Cavallo (2011) [i]las tendencias de este siglo suponen una alta incidencia de neo individualismo, un exacerbado culto a la transparencia y a la rendición de cuentas, que hacen que toda organización esté bajo pesquisa.

En su texto “Comunicación Estratégica” enfatizan que las empresas son entes sujetos al escrutinio, igual que los gobiernos, las iglesias o los medios de comunicación.  “El capitalismo se hace cada vez más público, y en su cíclica, irregular e imprevisible evolución, arrastra sin retorno a su principal protagonista: las empresas privadas”. (p.63)

La MLB es un gran emporio privado y como tal está sujeto al escrutinio público. Cuida y protege su imagen y su reputación de acuerdo con los tiempos y considerando a todos sus públicos.  De más está decir que los fanáticos, consumidores del beisbol a través de todos los medios y aplicaciones que existen ahora, siguen las tendencias actuales en cuanto a valoración de la imagen y reputación.

Cuando leí que un jugador que no fue elegido, por unos cuantos votos, al Salón de la Fama tenía excelentes “numeritos”, pero que tenía una historia de conflictos con sus compañeros de equipo, y algunos medios lo califican de racista xenófobo y supremacista blanco, me quedó claro que la protección de la imagen y reputación de la industria del beisbol primó sobre sus récords. No olvidemos que los periodistas que votan son parte de la industria.



[i] Tironi, E. & Cavallo, Ascanio (2011) Comunicación Estratégica, Vivir en un mundo de señales. Taurus, Chile

domingo, 7 de febrero de 2021

Algún día, hoy, una novela sobre Betzabé Espinal.


Gracias a mi amiga Aida he tenido la oportunidad de conocer la vida de Betzabé Espinal, una joven obrera colombiana que en los inicios del siglo XX encabezó una de las primeras huelgas de mujeres, reclamando mejores condiciones de trabajo.  Otra heroína desconocida.

El 31 de diciembre y el 1ro. De enero dedique horas a terminar la novela “Algún día, hoy” [i] de Angela Becerra, premiada escritora colombiana.   Desde que inicié su lectura, la trama de la obra me capturó y no pude salirme por mucho tiempo, hasta llegar al final, que es sorprendente e inesperado. Así conocí a Betzabé Espinal, su vida, luchas y amores.

“Algún día, hoy”, Premio de Novela Fernando Lara 2019, narra la vida de Betzabé desde su azaroso nacimiento, su vida en casa de una acaudalada familia en la población de Bello, próximo a Medellín, en el departamento de Antioquía, Colombia.  Allí se estableció en los primeros años del siglo XX la Compañía Antioqueña de Textiles, empresa que en 1905 se fusionó con la Compañía de Tejidos de Medellín, industria que marco la vocación industrial de la localidad y que dio empleo a mujeres jóvenes.

En la apasionante historia que narra Becerra se detallan las condiciones de trabajo de las obreras textiles que movían esta industria hacia 1920: “los derechos de una obrera no existen; están marcados por la perfección de los telares y si estos fallan no es culpa de la máquina…sino de quieres la manipulan, y eso lleva a aplicar a la operaria un castigo ejemplar”. (p.580)

Betzabé valora que lo importante es sobrevivir.  “Nuestros salarios no sirven para dar de comer a nadie, son unas míseras raciones a cambio de la explotación y de la honra de ser dignas”. Además del mal pago, los capataces se aprovechan de las operarias, las acosan y cuando tienen oportunidad las violan. (581)

Angela Becerra narró a El País, España[ii], que durante seis años se convirtió en Betzabé y “Betzabé en Angela porque le pasé toda mi rebeldía de mi adolescencia. Una época en la cual tenía un padre muy machista y no me dejó vivir la adolescencia, yo me casé a los 16 años, con una rabia tremenda que saqué de mí en la novela. También estuve en un colegio de monjas muy malas y aquí también aparecen”.

Esta historia de un personaje femenino, rebelde, pobre, rodeada de riquezas, pero también de sumisión femenina, de docilidad y de rechazo.  Se considera que Betzabé Espinal, 23 años, es la líder de una de las primeras huelgas femeninas de la historia.  Aún así pocas personas conocemos su historia. “Algún día, hoy” es una novela para leer y aprender de otra heroína latinoamericana dejada afuera por la historia oficial.

 


[i] Becerra, Angela (2019) Algún día, hoy, Editorial Planeta.

[ii] El país, junio 09, 2019 - 11:30 p. m.