Hace días que
estaba por escribir sobre la frustrada entrada de nuevos jugadores al Salón de
la Fama del Beisbol, en Cooperstown. Y,
mi interés no es tanto por el beisbol, sino para mis estudiantes de
Comunicación Estratégica y esos casos de discusión sobre imagen y reputación,
intangibles tan valiosos para cualquier empresa.
Ya en el 2000,
cuando John Rocker, pitcher del equipo de Minnesota, habló mal de los
neoyorkinos, de las personas enfermas de SIDA, de las madres solteras e insultó
a un compañero, diciéndole “mono”, su equipo no hizo nada, pero las Grandes
Ligas de Beisbol (MLB, por su siglas en inglés) pidieron que se sometiera a
pruebas psicológicas y a partir de esos años con el tema de los esteroides, de
la violencia doméstica y otras conductas inapropiadas se han impuesto multas y
acciones disciplinarias a jugadores, unos muy famosos y otros no tanto.
Entonces,
podríamos preguntarnos, ¿Por qué la liga asume ese rol? El negocio o la industria del beisbol es
multimillonaria, miles trabajan para ellas, sus públicos son millones y
justamente su imagen y reputación son intangibles muy valiosos, que cualquier
empresa en el mundo transparente de hoy tiene que protegerlos.
Para los
autores Tironi y Cavallo (2011) [i]las tendencias de este
siglo suponen una alta incidencia de neo individualismo, un exacerbado culto a
la transparencia y a la rendición de cuentas, que hacen que toda organización
esté bajo pesquisa.
En su texto
“Comunicación Estratégica” enfatizan que las empresas son entes sujetos al
escrutinio, igual que los gobiernos, las iglesias o los medios de
comunicación. “El capitalismo se hace
cada vez más público, y en su cíclica, irregular e imprevisible evolución,
arrastra sin retorno a su principal protagonista: las empresas privadas”. (p.63)
La
MLB es un gran emporio privado y como tal está sujeto al escrutinio público. Cuida
y protege su imagen y su reputación de acuerdo con los tiempos y considerando a
todos sus públicos. De más está decir
que los fanáticos, consumidores del beisbol a través de todos los medios y
aplicaciones que existen ahora, siguen las tendencias actuales en cuanto a
valoración de la imagen y reputación.
Cuando
leí que un jugador que no fue elegido, por unos cuantos votos, al Salón de la
Fama tenía excelentes “numeritos”, pero que tenía una historia de conflictos
con sus compañeros de equipo, y algunos medios lo califican de racista xenófobo
y supremacista blanco, me quedó claro que la protección de la imagen y
reputación de la industria del beisbol primó sobre sus récords. No olvidemos
que los periodistas que votan son parte de la industria.
[i]
Tironi, E. & Cavallo, Ascanio (2011) Comunicación Estratégica, Vivir en un
mundo de señales. Taurus, Chile
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