domingo, 22 de agosto de 2021

El país de la felicidad


Esta frase podría ser el resumen de un análisis rápido de las “rendiciones de cuentas” de diferentes ministros y funcionarios de alto rango del gobierno dominicano:  todo lo han hecho tan bien y con tan buenos resultados que nos asombra que haya sido durante una pandemia.  En este país todo es perfecto, según sus discursos.

Dominga, la persona que dijo la frase citada, se ocupa de los llamados quehaceres domésticos, cursó hasta octavo curso y sí, cada noche ve varios noticieros televisivos para estar informada. Su comentario, dicho en tono sarcástico, estuvo acompañado de referencias a varios ministros, (el presidente aún no había hablado) y no me sorprendió su perspicacia, no compra todo lo que oye.

Desde luego que me llevó a repensar tales rendiciones de cuenta desde el aspecto comunicacional y en esos ejercicios de evaluación que se supone se hagan al final de un periodo de planificación, donde se trata de valorar no solo los objetivos logrados, sino también las oportunidades y los retos o desafíos pendientes.  En ese proceso conviene analizar las causas que impidieron llegar a las metas planificadas, ya que se considera que es la vía apropiada para decidir los correctivos necesarios.  Además, al enumerar los desafíos para lograr esas metas, se busca motivar la participación de los diferentes públicos.

En una organización este proceso se denomina control estratégico o control organizativo. Las pautas que sugieren los expertos incluyen además de verificar logros, según los plazos y los costos establecidos, de manera que la eficacia y eficiencia sean la norma en el uso de los recursos, motivar a los colaboradores para que se comprometan en la consecución de los objetivos propuestos.

Y justamente, la motivación a colaborar, a participar, es lo que los expertos consideran actualmente más importante en ese proceso de rendición de cuenta.  Oímos a los ministros hablar de sus logros, casi como algo personal y, qué hicieron sus colaboradores, no hay méritos a reconocer por sus acciones?

Finalmente, ¿y dónde dejaron su capacidad, como sujetos políticos, de movilizar a la ciudadanía en torno a temas y objetivos, persuadir y convencer para que le brinde su apoyo?  Fue una oportunidad perdida que se quedó en dar a conocer datos, con frecuencia desproporcionados, de su actuación y presentarnos una imagen de “país de la felicidad” que pocos se creen y mucho menos viven.

 

Referencias:

Mazzoleni, G. (2010) La Comunicación política, Alianza Editorial

Quiroa, M. (11 de marzo, 2020).
Control estratégico. Economipedia.com

  

 

 

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