Al
enterarme del fallecimiento de este autor, cuya novela 4,3,2,1 (2017) me
había provocado gran admiración, tanto por el desarrollo de la vida del
protagonista en cuatro escenarios diferentes, como por aquello de haberla
escrito a manos, me dispuse a leer otras novelas suyas, varías anteriores a
esta y otras más recientes. Así me he leído en estos últimos meses El
Palacio de la luna (1989); El libro de las ilusiones (2002); Un
hombre en la oscuridad (2008); Sunset Park (2009); Invisible (2010)
y Baumgartner (2024)
De este escritor, que inició su carrera literaria en
los años 80s, se ha escrito mucho, siempre con muy buena crítica, siendo
reconocido con importantes premios, como el Princesa de Asturias de las Letras,
el Premio Médicis, la Orden de las
Artes y las Letras de Francia, entre otros.
Este breve comentario va más que todo dirigido a
destacar que para mi la lectura de estas novelas de su autoría, con un aparente
estilo sencillo, muestran un gran uso del azar, de la digresión, de la ironía,
de incluir una historia en otra historia, pero más que todo refleja su país y
la ciudad donde vivió. New York, es una especie de personaje en sus historias.
Auster incluye en diferentes momentos datos estadísticos sobre beisbol y nombres
de peloteros, información sobre cine de actualidad, sobre política y guerras, Igualmente,
a lo largo de estas novelas describe diferentes aspectos de la vida de familias
y personajes judíos. Es el autor que vive su tiempo y lo refleja en sus textos.
En Baumgartner, su última novela, escrita con
gran sencillez, pero mucha profundidad, según los críticos; comenta sobre los
peloteros dominicanos que llegan a triple A sin saber inglés y sus dificultades
para comunicarse. Igualmente, al
describir la mecánica automotriz y el funcionamiento apropiado de un sistema,
expresa “ni una palabra sobre los millones de Devolvamos a América su Grandeza
ni de la amenaza que acecha en la Casa Blanca…” [i] Es un narrador en cuyas historias se mezclan
la ficción con la realidad de una manera fluida, siempre manteniendo el ritmo
de la narración y sorprendiendo al lector.
Auster fue un autor prolífico, escribió 18 novelas,
así como relatos, guiones, ensayos, poesía, obras teatrales, biografías, y
otros textos. Dirigió cinco películas con cierto éxito de la crítica. Lulú
en el puente, de 1998, fue nominada a mejor filme en el Festival de Cannes.
Para algunos críticos, en la narrativa de Auster hay
cinco títulos imprescindibles, Trilogía de New York, El palacio de la
luna, Invisible, Brooklyn Follies y 4321[ii]. Mucho para leer.
Gracias por tus comentarios. Siempre interesantes y motivadores!
ResponderBorrarComento un aspecto que puede enriquecer tus notas: Paul Auster, reconocido por su estilo introspectivo y narrativas meticulosas, ha tenido aspectos menos conocidos, como es su conexión profunda con el cine. Escribió y codirigió la película Smoke (1995), protagonizada por Harvey Keitel y basada en uno de sus cuentos, "Auggie Wren's Christmas Story". Esta película fue elogiada por su tono cálido y humanista. Además, participó en otros proyectos cinematográficos, pero su inclinación hacia un cine contemplativo lo alejó del enfoque comercial de Hollywood.