sábado, 7 de diciembre de 2024

Ernest Hemingway, una nueva mirada

 


Aunque leí hace unos meses “Adiós, Hemingway”, de Leonardo Padura, hoy, después que vi una foto de Hemingway en una revista social, es que me he motivado a escribir este comentario.

En esta novela Padura presenta, de la mano de Mario Conde, protagonista de una serie de textos de este escritor, una investigación policial que nos lleva a conocer los últimos días de Hemingway en Cuba, y quizás los últimos años de vida del famoso y controversial escritor norteamericano.

Conde, policía retirado, fue invitado a participar en una investigación sobre unos restos humanos descubiertos en el jardín de la Finca La Vigía, casa museo de Hemingway en las afueras de La Habana.  Es un extraño caso que hace revivir a Conde aquel día que vio al escritor personalmente y se atrevió a saludarlo.  En ese entonces, 1960, para el detective, conocer al escritor había sido un momento de fascinación, interés que había ido perdiendo con los años.

Es interesante percibir a través de la narración, las descripciones del estilo de vida de Hemingway, su temperamento, sus excesos con la bebida y sus numerosas acompañantes.  Algunos detalles son sorprendentes, como la frustración del escritor por no terminar Muerte en la tarde, su enemistad con Ezra Pound, su rechazo del premio Nobel y si relación con sus perros.

Con esa manera de Padura de incluir a personas de su cercanía con los personajes de sus novelas, en la página 177 introduce a Freddy Ginebra al compartir con sus amigos un café dominicano. “que extraño. Todo el mundo conoce a Freddy Ginebra…Bueno…”[i]  Igualmente, en sus textos he encontrado con cierta frecuencia expresiones que entre línea contienen referencia a la situación de su país. En este caso, aunque se refiere a un cuento de Hemingway, dice “Es un cuento extraño, Conde.  No pasa nada y uno siente que están pasando muchas cosas. El no decía lo que uno se debía imaginar”.[ii]

Además del reencuentro de Conde con Hemingway, a quien vuelve a revalorar, considerando que tiene un poco de todo: de escritor con dignidad, sin dignidad, de escritor hijo de puta y de los que son personas decentes; en unas de sus visitas a La Vigía se lleva la prenda íntima de Ava Gardner en la que el escritor envolvía su pistola calibre 22. “Algo tenía que sacar de esa historia”, dijo Conde a sus amigos.[iii]

Adiós, Hemingway es un texto corto, que se lee rápidamente, gracias a la frescura de las narraciones de Padura.



Padura, Leonardo, 2001, Adios, Hemingway, Serie Mario Conde, Maxi Tusquets Editores

[i] P.177

[ii] P.179

[iii] P. 186

sábado, 26 de octubre de 2024

La Vegetariana

 


Acabo de leer esta novela de la coreana Han Kang, Nobel de Literatura 2024 y me ha sorprendido por la rebeldía femenina que expone.

Es una novela corta, presentada en tres partes: La Vegetariana, La mancha mongólica y Los árboles en llamas. La edición que he leído tiene un contenido que se puede decir no tradicional.  Con un prólogo de Gabi Martínez, donde se hace una especie de explicación de cómo está desarrollado el texto y cómo es la protagonista.  También se incluye una nota de Sunme Yoon, traductora de Han Kang, al español

Es interesante destacar que la protagonista, Yeonghye, la vegetariana, es presentada a lo largo del texto a través de la mirada de su marido, que la considera insulsa; luego de su cuñado, que la explota por su rebeldía y la de su hermana, quien la protege desde niña y en cierto modo comprende su sufrimiento.  A partir de unas pesadillas, La vegetariana no habla, actúa con rebeldía, que con su decisión inicial de no comer carne y luego de encerrarse en su silencio, rompe todos los cánones sociales y familiares.

Veo en este texto un retrato familiar donde se muestran dos imágenes de Korea. Una es la llena de tradiciones y rituales, donde los padres imponen su voluntad a toda la familia y sus hijos los respetan en silencio, y la otra es la moderna, si se quiere occidentalizada, donde las mujeres son dueñas de sus vidas y no obedecen ciegamente a sus padres ni a sus maridos.

Sin embargo, Kamana Aryal, en una tesis sobre esta novela[i],   explora como el cuerpo femenino es subyugado a las convenciones sociales y dice de la protagonista “cuando su cuerpo no satisface las exigencias de los demás y se resiste a las normas tradicionales se produce un conflicto en la trama”, que desencadena el divorcio, la violación por el cuñado y el subsecuente internamiento en un hospital psiquiátrico.

Con la ola “K” que inunda muchos canales de televisión y a Netflix , hemos ido conociendo el estilo de vida de los coreanos y de pronto se podría pensar que a pesar del modernismo, subyace en esa sociedad una especie de sumisión de las mujeres a la familia, al marido.  Los diálogos de esos filmes no son tan extensos, se deja mucho espacio a la reflexión, al igual que en esta novela. 

Es un texto donde no hay extensas descripciones, existe una economía de palabras. Sin embargo, todo queda claro para quien lee.  Es una novela que atrapa y que se lee rápidamente.

Parecería que el rechazo a hablar de La Vegetariana es un comportamiento asumido por la autora, quien se ha negado, rompiendo la tradición, a dar declaraciones después de recibir el Nobel,

 

 



[i] Aryal, Kamana, (2024) El cuerpo femenino en el encarcelamiento social en La Vegetariana de Hang Kang,

La Vegetariana - Han Kang | PDF

jueves, 29 de agosto de 2024

Dos, una novela “terriblemente humana”

 


Hace unos años leí, por recomendación de mi amiga Hinya, Suite Francesa (2004), de Irene Nemirovsky novela que me atrapó por sus descripciones de la invasión alemana a Francia y la huida de los franceses en un ambiente de incertidumbre e incredulidad.   Es una narración llena de detalles sobre escenas conmovedoras con todo tipo de personajes.

Cuando leí que Suite Francesa era una obra póstuma, publicada por las hijas de Nemirovsky, ya que ella había muerto en un campo de concentración, donde fue deportada por el gobierno de Vichy por su origen judío, me impactó aún más, ya que su visión de la sociedad francesa durante la ocupación no da indicios de su destino final, ni de su tortuoso intento de ser asumida como francesa.

Luego leí de esta misma autora, el Ardor en la Sangre, otra obra póstuma, publicada en 2007, que no me impactó tanto.  Sin embargo, conociendo de la extensa bibliografía de Nemirovsky, seguí pendiente de encontrar en librería otra obra de ella y recientemente he leído Dos, publicada originalmente en 1939, en vida de la autora, cuando rondaba los 33 años.

Dos está ambientada en el Paris de entreguerras.  Es una narración sobre una generación joven, apasionada, que vive justamente el disfrute de los placeres mundanos, con ardor y despreocupación.  La novela se centra en una pareja, cuya relación discurre desde la pasión juvenil al amor conyugal. Como en Suite Francesa, la autora hace una descripción a veces irónica, otras compasiva, sobre el matrimonio, la familia, la soledad, el dolor o la muerte.

La escritora hace un retrato implacable sobre las pasiones y el desencanto de la juventud de la época. Es una lectura que deja un sabor agridulce sobre las relaciones de parejas. La protagonista se casa con el hombre que ama, pero luego se ve en secreto con el mejor amigo de su marido, que se consagra al trabajo y que a su vez mantiene una relación con la hermana de su mujer.  Podría decirse que ambos buscan sobrevivir a la monotonía de la época en que viven, en los “felices años veinte”, cuando, sin embargo, se vislumbran oscuros presagios.

Es una novela que como otras de Irene Nemirovsky, a partir de su visión implacable, [i]nos lleva a hacer una reflexión sobre la amistad, la soledad, el dolor o la muerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[i] Némirovsky. Irene, 2023. Traductor: Soriano, José A.: Dos. Editorial Salamandra, España

sábado, 6 de julio de 2024

Sobre el culto a la mentira


 

A fines de 2023 llegó a mis manos un libro de Ignacio Ramonet que, en estos días, en que se define la candidatura presidencial en nuestro vecino del norte, considero vale la pena comentar.  Me refiero a La era del conspiracionismo. Trump, el culto a la mentira y el asalto al Capitolio.[i]

A lo largo de nueve capítulos este autor nos va mostrando paso a paso lo que él denomina “nuevo sistema desinformativo”, presentando a Trump como el maestro de ese relato, negado a aceptar la realidad. “manipulando la verdad, usando el poder de los símbolos, de la oratoria, de las imágenes y de las nuevas redes sociales” (pag.27). Según el verificador de hechos del diario Washington Post, durante su mandato Trump faltó a la verdad más de treinta mil quinientas veces y en el debate de hace unos días, CNN verificó que mintió 30 veces.

En estos tiempos en que a través de las redes sociales se circula tanta y tanta información, de la cual un alto porcentaje no ha sido verificada o expresamente ha sido producida para desinformar, Ramonet nos hace dirigir nuestra mirada a ver más allá de los que nos dicen.  Comenta que nuestros cerebros no están acostumbrados a procesar el volumen de información al que estamos expuestos, sobrecarga en la que se ha perdido la capacidad de distinguir entre hechos, opiniones o ficción.

Desde la aparición del Covid-19 se ha hablado mucho de conspiracionismo.  Para muchos “todo lo que sucede en la sociedad es resultado de los designios directos de algunos individuos o grupos”. Citando a Eco y a Popper, el autor lo considera “oscurantismo contemporáneo” , destacando que la teoría de la conspiración es fruto de la secularización de antiquísimas supersticiones religiosas.

En la introducción del texto Ramonet nos pone al día sobre las estrategias de la desinformación, citando a Trump como el maestro del relato.  A través de ocho capítulos este autor hace un ejercicio de desconstrucción de las principales teorías conspirativas que más han circulado y se han conocido en los últimos años. Interesantes los capítulos sobre el Pizzagate, la conspiració!n QAnon y el titulado Todos hermeneutas, destacando en el mismo la adición de los conspiracionistas a descodificar y descifrar mensajes, detectar indicios y signos, -como en El Código Da Vinci- que nos lleven a descubrir una conjura. (pag.153)

En el capítulo final y remarcando aspectos citados antes, Ramonet destaca que “los que creen n las teorías conspiracionistas piensan que no existe prueba alguna que la pueda invalidar.”  Igualmente, repite “que la opinión pública no busca naturalmente la verdad, sino aquella información que confirme sus creencias previas”. (pag.161)

En la conclusión del libro el autor nos lleva a dar esa mirada diferente a las motivaciones subyacentes en la insurrección de enero 2021, considerando que fue el resultado de un “lavado de cerebro a base de narrativas conspiracionistas y de relatos complotistas” difundidos principalmente por el propio Donald Trump. (pag.171)

La lectura de este libro es provocadora, está lleno de datos y referencias documentales.  Puede decirse que es una herramienta para releer los medios y verificar lo que nos dicen y lo que no nos dicen, así como para estar atentos a lo que se difunde por las redes sociales.

 

 



[i] Ramonet, I. (2022) La Era del Conspiracionismo. Trump, el culto a la mentira y el asalto al Capitolio. Archipiélago Siglo XXI.

Trump hizo más de 30 afirmaciones falsas en el debate del jueves, muchas más que Biden (cnn.com) consultado el 6 de julio 2024


miércoles, 15 de mayo de 2024

Una mirada a las protestas universitarias en Estados Unidos

 Cada día dedico tiempo para leer los periódicos dominica
nos, ya sea en su versión impresa o en línea.
  A veces es un ejercicio rutinario, otras veces leo con ojos críticos y me detengo en editoriales, columnas y comentarios.  Así fue como me encontré con un comentario donde se califica de “niñatos de élite” a los estudiantes involucrados en protestas pro- palestinas en universidades de Estados Unidos de América.  Y recordé esa frase de dos colegas que se refiere a “decir lo que le sale de la barriga” a muchos que ocupan espacios en los medios y redes sociales. Se saltan antecedentes y contexto.

Justamente en los medios norteamericanos, y de otros países, se está analizando ese movimiento estudiantil como un reflejo de las protestas contra la guerra de Vietnam en los años 60 y 70. Protestas a gran escala, dentro y fuera de los campus, que algunos historiadores consideran que presionaron a la Administración Nixon a acelerar la retirada de EUA de Vietnam.

Asimismo, estas protestas estudiantiles se están valorando como un cambio de paradigma, una nueva perspectiva del mundo en la sociedad estadounidense. “Un cambio de paradigma, según el filósofo estadounidense Thomas Kuhn, implica la aceptación de una nueva teoría para explicar el mundo que nos rodea.”[i] En este caso, podría estar relacionado con el enfoque que la sociedad estadounidense da y responde a los conflictos internacionales.

Además de la violencia policial y el apresamiento de decenas de estudiantes, otros analistas destacan la persecución contra directivos universitarios que de manera subyacente se está dando, bajo la consigna de no combatir el “antisemitismo”, que en la narrativa oficial está sustituyendo a “comunismo” de las 60s.  Ya han renunciado las presidentas de la Universidad de Pensilvania y la de Harvard. También se citan presiones contra firmantes de cartas de solidaridad; es el caso de las actrices Susan Sarandon y Melissa Barrera.

Analistas consideran que estas manifestaciones pueden indicar un cambio de etapa en la sociedad estadounidense, en la que los estudiantes universitarios se asuman como catalizadores del cambio estructural, tal como ocurrió con las sentadas en lugares reservados para blancos en los años 60, a favor de la eliminación de la segregación racial.[ii]

Actualmente los estudiantes  además de demandar un alto al fuego en Gaza y la libertad del pueblo palestino, demandan que las instituciones educativas se desvinculen de cualquier empresa o institución que respalde las acciones militares de Israel en Gaza o que tenga relación comercial con el país.

Más allá de valorarlas como movilizaciones de “jóvenes presuntuosos e inmaduros”[iii], y solo considerar las protestas en las universidades de élites, conviene ver que existe un historial de activismo en los campus universitarios y que allí se incuban cambios sociales a mediano y largo plazo, como ha ocurrido antes.

domingo, 5 de mayo de 2024

La verdad sobre la prensa en España

 
Hace un par de días que terminé de leer El Director[i], el libro en el que David Jiménez cuenta “la verdad sobre la prensa” en España tras su experiencia de un año dirigiendo el diario El Mundo.  Es una narración con un ritmo vibrante, como una especie de película de suspense, que aun cuando sabes el final, tienes prisa por leerlo para conocer los detalles, el cómo se llegó hasta allí.

Jiménez es un gran narrador, un cronista, no en vano trae consigo largos años como corresponsal en la región de Asia, cubriendo guerras, desastres y revoluciones. Experiencias que podrían parecerse a lo que vivieron el reportero y el fotógrafo en la película El año en que vivimos peligrosamente.  Sin embargo, parecería que su año en la dirección del diario español, tuvo más riesgos para su ética que su larga trayectoria como corresponsal.

Llegar a la dirección de un gran diario en situación de declive, con acuerdos y promesas que no se cumplen, con una visión innovadora sobre el diarismo, supone un choque frontal para el autor.  Desde el Índice del libro, y los títulos de algunos de los 20 capítulos, se percibe cómo fue el discurrir de la dirección:  Los nobles, Palacio, Balas perdidas, Los Poetas Muertos, Cosa Nostra, El Sistema, Ratas de redacción, La Reina, El Sindicalista, La traición y El director, pueden guiarnos a entender la situación.

El Director, con siete ediciones desde su aparición en 2019, es una especie de crónica con un final anunciado, que va dejando lecciones sobre como se vive una redacción, con algunos redactores que se consideran “estrellas”, donde hay grandes rivalidades y lo peor, el juego, no tan secreto, ni tan discreto, entre los medios y el poder. 

A pesar de todos los augurios de desaparición de los periódicos impresos, estos siguen vigentes y en una lucha frecuente contra el establishment político y económico. Jiménez narra esas presiones, no tan discretas, a que se ve sometido y recuerdan películas como Los archivos de pentágono o Spotlight, en la que la publicación de informaciones fruto de investigaciones se quiere restringir para no “afectar” al poder.  Similares  tácticas fueron ejercidas sobre el autor para evitar la publicación de El Director.

“La suerte de un director de periódico depende en España de todo, menos de lo bien o mal que hiciera su trabajo”.[ii] Esta frase concluyente tras una negociación con un jerarca del mundo del futbol evidencia la certeza del autor sobre el impacto distorsionador de lo externo en su trabajo.

Es un libro que todo periodista, no pseudo comunicador o influencer, leerá con fruición, encontrándose con situaciones conocidas o vividas en su redacción; y para los estudiantes de periodismo, a quien el autor dedica su libro, puede ser una guía.

 

 



[i] Jimenez García, D. 2019, El Director, secretos e intrigas de la prensa narrados por el exdirector de El Mundo.España

[ii] Pag.186

sábado, 30 de marzo de 2024

Salvo mi corazón, todo está bien.

 Desde el primer día que oí este título, quise leer el libro.  Y es que la primera frase provoca todo tipo de interpretaciones.  Es lo que ocurre cuando se habla del corazón, una palabra llena de metáforas.


Cuando por fin leí esta novela del reconocido autor colombiano, Héctor Abad Faciolince, me provocó gran admiración el gran conocimiento sobre el funcionamiento del corazón que a lo largo de la historia muestra el escritor.  Según leí en una entrevista que le hicieran en Miami, mucha información parte de la cirugía del corazón a la que fue sometido tras sufrir una angina de pecho.  Toda una experiencia que dice lo acercó a la muerte. “Cuando a uno lo operan del corazón un poco lo matan. Hay un momento en que no respiras”, explicó. “No hay nada más parecido a estar muerto que estar frío, sin respirar y sin palpitar. Eso es como la definición clásica de la muerte”.[i]

La novela tiene elementos que me ataron, no solté el libro en dos días.  Es sobre un cura gordo conocido del autor, experto en cine y en música clásica, en especial la ópera; publica semanalmente una página en un importante diario de la ciudad de Medellín y con frecuencia celebra encuentros con jóvenes amantes de las artes.  Por su condición de salud, se traslada de su casa curial a vivir a una vivienda donde residen dos mujeres, una divorciada con tres hijos.  De pronto, se convierte en una especie de padre de familia y comienza a disfrutar de ese tipo de vida, mientras espera por un trasplante de corazón. 

Las vivencias durante esta espera del padre Córdoba, amigo de la buena mesa, le hacen replantearse su vida.  Parecería que previo a su cirugía sufre una crisis existencial, su optimismo se pone a prueba y comienza a replantearse su vida.

Es interesante destacar que a lo largo de la historia del padre Córdoba se narran otras no tan atractivas. Son los casos de abusos infantiles que el clero colombiano cometía soportados en el poder y la posición que ocupaba en esa sociedad.  Aquí se muestra el Abad Faciolince periodista, es una narración lineal.

El autor en varias ocasiones ha insistido en que mucho de lo que escribe está basado en experiencias personales, pero que tiene muy mala memoria.  En el periódico El País publicó un artículo “El corazón no se toca” donde dice que la novela la escribió antes de su cirugía y que la dio a publicar si no sobrevivía. Sobrevivió y “pude darle a la novela otros alcances que habían surgido a partir de mi nueva experiencia”.[ii]

Muy buena lectura de un autor que está considerado por el periódico inglés The Guardian como uno de los autores más venerados y exitosos de América Latina.

 

 



[i] Torres Leydi y Oliva Yosvani. https://www.infobae.com/estados-unidos/2023/11/20/hector-abad-faciolince-cautivo-al-publico-de-la-feria-al-contar-como-concibio-salvo-mi-corazon-todo-esta-bien/ consultado el 30 de marzo de 2023

 

martes, 27 de febrero de 2024

Nos arropa la mediocridad

 Hace unas semanas, cuando me enteré de que una “famosa” exponente de rap, dembow y trap había sido invitada a participar en Estados Unidos de América en una actividad para conmemorar la dominicanidad, me interesé en conocer sobre ella, más allá de su dúo con Rosalía, con J. Baldin y su encuentro con Madona, entre otros. 

Y realmente que, al leer sus letras, que ni siquiera me atrevo a llamar canciones y ver sus videos, me quedé sorprendida por sus contenidos sexualmente explícitos.  Llama mucho la atención que en un artículo de 2022 se le identificara como la versión femenina de Bad Bunny [i], que para mi sería una pareja muy dispareja, como dicen por ahí.

La carrera del puertorriqueño actualmente está siendo estudiada en dos universidades en Estados Unidos de América. Este artista estudió comunicación audiovisual y además de sus archiconocidas letras, junto a Residente ha sido parte de un movimiento para presionar al gobierno de Puerto Rico sobre diferentes temas.  Su activismo en ese contexto no es para considerarlo un cantante de música de protesta, pero sí de denuncia de la situación en su país, como es el caso de la pieza el Apagón.

En la Universidad de San Diego, en la presentación del curso de postgrado en el área de Comunicación, su coordinador dijo a BBC Mundo que iban a analizar “la manera en que Bad Bunny ha usado los medios para hablar sobre temas sociopolíticos y cultura, pero también de representación y latinidad. Discutiremos asuntos que ocurren en Puerto Rico, como el colonialismo y el desplazamiento de su población.” [ii]

Otra artista que ha sido objeto de estudio en universidades es Taylor Swift, cuyas letras se consideran con gran influencia en la cultura estadounidense y con millones de seguidores. Swift aboga por la equidad de género, la legalización del aborto, los derechos LGBTQIA+, crítica la supremacía blanca, la brutalidad policial, el sexismo y la homofobia. 

En nuestro país, todo queda en la vulgaridad y el escándalo, que aparentemente son el atractivo de algunos personajes denominados “celebridad de internet” y su mediocridad es lo que se expone.  La cultura de los “likes”, de los millones de “views” nos arrolla.  Con frecuencia grandes marcas siguen esas tendencias e invierten sus presupuestos de publicidad en estos personajes. Una pena.

Hace unos días Alfonso Quiñones, editor en El Caribe, escribió el comentario La rentabilidad del escándalo[iii], que describe perfectamente a lo que nos referimos. Asimismo, José Báez Guerrero, en su columna en periódico El Día[iv], se refirió a la “artista” Tokischa” considerando que “esa pobre desquiciada representa una parte muy dañada de nuestro país.”

Para completar la muestra del enfoque local sobre los personajes, que no artistas, que merecen “reconocimiento”, premios Soberano, acaba de nominar a otra exponente nacional del reguetón, más reconocida por sus escándalos con su expareja, pero con millones de “views”.  La más viral, se hace llamar. ¡De verdad que nos arropa la mediocridad!

 

domingo, 25 de febrero de 2024

Mucho teatro en los 90s

 

Sigo hurgando en los programas y folletos de actividades culturales que “tiré en una caja” por muchos años. Por el número de materiales sobre obras teatrales se podría deducir que la escena teatral estuvo muy activa.  En el 1999 se celebró la I Muestra dominicana de Teatro, en el Palacio de Bellas Artes, con unos horarios muy favorecedores para la asistencia del público, 10 de la mañana, 7 y 9 de la noche.

Se destaca el 20 aniversario del grupo Alta Escena[i], que conmemoró con la obra El león en invierno y en su programa agradece a sus colaboradores y patrocinadores.  Se llevaron a escenas una diversidad de obras a cargo de diferentes agrupaciones teatrales, que sería prolijo enumerar aquí.

En esta década el desaparecido Arturo Rodríguez Fernández[ii] desarrolla una gran producción teatral y en 1991 bajo la dirección de Danilo Taveras hace el estreno mundial de Hoy no toca la pianista gorda. Más adelante y aliado al director Enrique Chao[iii] presenta Liquidación Total, Las mujeres de enfrente, Parecido a Sebastián y Todos menos Elizabeth.  Todas con gran éxito de público y buena crítica. 

En 1999 se celebró el Segundo Festival de teatro Iberoamericano y del mismo encontré en mi caja los folletos de Madame Curie, El Quijote y La baratería.  Del Primer festival encontré el folleto de El coronel no tiene quien le escriba, pero sin fecha.

Fue una década de una variada programación teatral.  Espigas Maduras y La cena de las solteronas, ambas de Franklin Domíngue[iv]z, Tartufo, Des-concierto, Entre Dios y el Diablo, La Soga, El beso de la mujer araña, El viaje chino, La Fila, Juego Mortal y Hazlo como mi mujer, Emily y Picnic, son algunas de las obras de las que conservo sus programas.  Viéndolos en detalle, se puede conocer quién es la gente de teatro con años de trayectoria, que empresas han patrocinado siempre las actividades culturales y hasta quienes dirigían el Teatro Nacional.  Mucha información de interés.

Ballet

En estos años 90 Danzarte hizo diversas presentaciones de las que tengo los programas de Suite de la Bella Durmiente y Estrellas en Danza, con invitados de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Danzas en concierto fue presentado por la Escuela de Ballet Magda Corbett.  Conservo un fasciculo de la presentación de Estrellas del Ballet Soviético y un colorido programa del musical Fama, a cargo de una compañía estadounidense.

El cine  comienza a despuntar y tengo a manos el Pasaporte invitación para Nueba York, de Ángel Muñiz, todo un hito en 1993. En 1996 Pericles Mejía presenta, en una gala primer, su película 4 hombres y un ataúd. En octubre 1997 Armando estuvo en Nueva York para ver Buscando un sueño, de Joseph Medina, Jaimepiña y David Castillo. De las producciones de René Fortunato conservo los programas de Trujillo el poder del jefe (1996) y la Herencia del Tirano (1998). 

Si bien, a nivel internacional los años 90s constituyeron la Post Guerra Fría o el Fin de la Historia, con un reordenamiento del poder mundial, en nuestro país parecería que fueron años de efervescente producción cultural, donde productores y patrocinadores ofrecieron variados programas al público.

 

viernes, 9 de febrero de 2024

La fascinación por los secretos del Kremlin


Hace unos días leí El mago del Kremlin[i], novela de Giuliano da Empoli*, que ha provocado tantos comentarios en los medios europeos, mereciendo reconocidos galardones como es el Gran Premio de la Academia Francesa, el Honoré de Balzac, y finalista del Goncurt y del Interallié.  Su éxito en ventas ha sido arrollador, según notas leídas.

Aunque en diferentes presentaciones de esta obra se dice que “todo es ficticio”, en la página de créditos del libro publicado por Seix Barral se lee: “Esta novela está inspirada en hechos y personajes reales, a quienes el autor ha prestado una vida privada y unas palabras imaginarias.  No obstante, se trata de una auténtica historia rusa.”  ¿Una provocación a los lectores?

Y es que además de estar escrita con un estilo impecable, narra hechos y decisiones de alta política durante 20 años en el centro del poder de Rusia, que aun cuando son narrados como una novela, resultan muy cercanos a lo que ha ocurrido en la realidad en esa nación. 

Es interesante que el personaje principal, narrador de la novela, el denominado mago del Kremlin, Vadim Baranov, que se presenta como el consejero más cercano de Putin, asume su rol desde su experiencia en la comunicación[ii], en los medios tradicionales, con vivencias en el teatro y con capacidad de organizar y transformar ese país como un gran escenario teatral a voluntad del zar, Putin.  Y destaco lo de la comunicación, ya que actualmente está considerada como la estrategia central en toda institución o empresa.

Por 20 años se desempeñará junto al zar, entre intrigas de oligarcas y aduladores que de una u otra forma mantienen una guerra permanente.  A contracorriente, él se mantiene como ese consejero culto, descendiente de oligarcas de tiempos pasados, fuera de lo usual, pero desalmado y manipulador.

Son 31 capítulos, donde se recogen informaciones sobre el ocaso de Boris Yeltin y la llegada al poder de Putin, sobre la guerra de Chechenia, los Juegos Olímpicos de Sochi y la crisis de Crimea.  Aparecen personajes como el jugador de ajedrez Kasparov, empresarios, modelos y artistas como las Pussy Riot.  No se dejan afuera líderes mundiales como Angela Merkel, Bush ni Clinton.  Es un repaso a 20 años de gobierno ruso.

Es una novela llena de informaciones y reflexiones sobre el manejo del poder por ese ser enigmático y frio, como se describe a Putin.  Realmente que su lectura se convierte en algo adictivo, que lleva a no soltar el libro hasta que no se termina y es que me atrevo a decir, que conocer los secretos del Kremlin provoca fascinación.

 *(Gracias a mi amiga Raysa por el préstamo)



[i] Da Empoli, Giuliano, 2023, El Mago del Kremlin, Seix Barral Biblioteca Formentor, España

[ii] Salazar, José A.  consultado el 2 de febrero 2023, Comunicación y política: ¿Una lucha por el poder? | Conexión ESAN

domingo, 4 de febrero de 2024

Oh! Que divertidos fueron los años 80s

 

Desde los años 80s he estado “metiendo en una caja” los programas de las actividades culturales que asisto, sin importar que sean de pintura, teatro, ballet o música.  Así he llenado una caja que, leyendo las recientes crónicas de doña Carmen Heredia de Guerrero, 50 Aniversario Teatro Nacional[i], me he animado a revisar.

Y luego de clasificar todo los programas y volantes por década, puedo apreciar cómo ha ido cambiando la calidad de estos, el tratamiento de sus contenidos y su impresión.  Igualmente, ha sido un proceso de evaluar nuestros intereses artísticos en esos años.

En la década del 80, en compañía de Armando, frecuentábamos el Teatro Nacional, tanto para presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional, como de danza moderna y ballet.  El Gran Concierto de Gala con motivo de VL aniversario del Teatro, dirigido por Carlos Piantini, la presentación de la


ópera Tosca en agosto del 1981, la participación de Eugene Fodor en la temporada de concierto de 1987, y el Bolero de Ravel interpretado por el Ballet Clásico Nacional, fueron algunos de los que presenciamos en esos años.

El jazz también fue de nuestros preferidos.  Michael Camilo y “3 encuentros con Historia” y Don Cherry y su cuarteto, fueron presentaciones para recordar, al igual que el Heineken Jazz Festival en Altos de Chavón.  Maridalia es … una, en agosto de 1988, con la dirección de Jorge Taveras, fue una presentación única.  Acudimos a diversas agrupaciones de ballet, destaco la presentación de Ritos, con el Ballet Folclórico Dominicano y coreografías de Fradique Lizardo, Imgard Despradel y Armando Villamil, así como el Ballet de Porto Alegre, Brasil, con su programa Rastros, y el Teatro de Danza Contemporánea D.C. (Washington)

En 1988 Arturo Rodríguez F. estrenó su primera obra teatral, “Cordón Umbilical” con la que había ganado el premio de teatro en Casa de Teatro, y a cuya presentación en la Sala Ravelo no podíamos faltar, al igual que a “Refugio para cobardes”, también de su autoría, en 1989, bajo la dirección de Enrique Chao. En la Sala Ravelo vimos, además, Julieta tiene un desliz, Mi tía la jamona, Mi amiga la gorda, y Esta monja, de otros autores.

Por los catálogos de las exposiciones de pintura se podría decir que lograban mejores patrocinadores y por el número que conservé, que fueron nuestras preferidas.  Silvano Lora en 1986 presentó Un puñado de tierra; Aurelio Grisanty tuvo dos exposiciones, una en La Galería (Mary Loly Pérez de Severino[ii]) y otra en Altos de Chavón; Leopoldo Maler en 1987 presentó Otros Diluvios en el Voluntariado de las Casas Reales. 

En la galería Boinayel fue presentada en 1985 una exposición de Wifredo Lam, el reconocido artista cubano y en esa misma galería en 1984 se había presentado José Cestero.  Mayobanex Vargas expuso en Nouveau Centro de Arte, Dibujos (1988); de Jochi Asiático conservo un hermoso catálogo de su exposición Panteón de los Dioses, presentada en el Museo de Arte Moderno en la primavera de 1988, de Ulloa y Amaya Salazar son otros catálogos que guardé, con presentaciones de A. Fernández Spencer y Jeannette Miller.  Catálogos y presentaciones en esos años eran documentos valiosos tanto por su diseño, como por su contenido.

Armando[iii] y yo no íbamos a todas las actividades culturales, el cine ocupaba su atención en primer lugar, pero me atrevo a afirmar que los años 80s fueron divertidos y ricos en actividades artísticas.